Cuidado de orquídeas.
He comprado o me han regalado una orquídea. ¿Ahora qué hago?. Esta pregunta, tan habitual entre aquellos que reciben o compran orquídeas, es a la que intentaremos dar respuesta en este post.
Sorprendentes por su hermosa y original floración, las orquídeas, debido a su forma grácil y estilizada, se asocian a fragilidad y dificultad a la hora de mantenerlas, siendo esta presunción completamente errónea.
Si realizases todas las operciones que acontinuación reseño, (hay gente que las lleva a cabo), te harías un experto, las orquídeas son muy fáciles de cuidar, esta guía te servira para adquirir unos conceptos generales.
Aunque cada tipo de orquídea necesita algún cuidado en particular, expondremos aquí, en rasgos generales la forma de cultivar y mantener estas hermosas plantas. La phalaenopsis es sin duda la más cultivada y quizás la que más sorpresas agradables, en forma de sucesivas floraciones, puede ofrecernos.
Orquídeas significado.
Las orquídeas simbolizan la autenticidad, la elegancia, ese aspecto exótico y singular que hace que una perosona destaque por la originalidad de su personalidad. Las orquídeas son el símbolo que representa a la belleza, estilizada y poderesa que nace de la combinación del aire, la tierra y el agua. Son el símbolo de junglas vírgenes en las que las luz de sus flores iluminan las sombras.

Cómo cuidar una orquídea.
En todas las plantas hay factores que inciden de forma directa y decisiva en su desarrollo y crecimiento y por la tanto, de igual manera, lo hacen sobre las orquídeas. El agua, la luz, los nutrientes, la humedad ambiental y las condiciones de higiene, entre otros, son los más relevantes.
Cómo regar una orquídea.
El agua es uno de los factores más importantes en el desarrollo de las orquídeas. Con ella, la planta se hidrata, - no debemos olvidar que la mayor parte del tejido de todos los seres vivos está formado por agua, y a través del agua, obtiene los nutrientes necesarios para su crecimiento; los nutrientes, disueltos en el agua, son transportados por ésta hasta las raíces de la planta. Utilizar el agua corriente de los grifos de nuestras viviendas es un grave error, aunque no resulta fatal, perjudica considerablemente a la planta. El agua que circula por la red de abastecimiento de las ciudades contiene aditivos como el cloro, y en función de la zona del país, su ph puede ser más o menos elevado. En su hábitat natural las orquídeas reciben el agua en estado puro, esto es,directamente de las lluvias. El cloro y el ph del agua resultan elementos que contribuyen a debilitar y a desfavorecer un correcto desarrollo de la planta. Preferentemente debemos utilizar agua natural envasada en botellas, y en caso de que que esto fuese imposible o muy costoso, el agua obtenida del grifo debería estar reposando al menos 24 horas en un recipiente sin tapa con el fin de que el cloro se volatilice. Las orquídeas necesitan aguas blandas, por lo que si el ph del agua que utilizamos es muy alcalino o duro, en nada contribuiremos a que la planta crezca y se desarrolle de forma saludable. Así mismo la concentración de sales minerales en el agua ha de ser baja. En el caso de que dispusiésemos de muchas orquídeas deberíamos valorar la opción de instalar en el grifo un filtro de osmosis inversa.



¿Cómo regar una orquídea?
En primer lugar, como es lógico, la frecuencia del riego debe adaptarse a las necesidades de la planta en función de la temperatura ambiental y al estado fenológico de la orquídea (crecimiento vegetativo, floración, creación de tallos florales, etc). En verano los riegos serán más frecuentes y en invierno, coincidiendo con el periodo de reposo vegetativo tras la floración, disminuir la frecuencia de riego. Es importante que el substrato llegue a secarse, aunque no totalmente, entre riego y riego. Debemos evitar siempre los encharcamientos y pulverizar la hojas de la planta con regularidad, al menos tres veces por semana. Un síntoma visual de escasez de agua se observa cuando las raíces se tornan blanquecinas. Que las raíces se muestren de un color verde intenso suele ser un buen indicador de hidratación y correcto riego. Todo lo anteriormente reseñado nos hace llegar a la conclusión de que la frecuencia ideal de riego debe dividirse en un mayor número de veces utilizando pequeñas cantidades de agua. Utilizar bolitas de arcilla expandida contenidas en un recipiente con agua y colocar la maceta de la orquídea sobre ellas, sin que esta llegue a estar en contacto directo con el agua es una buena solución. Las bolitas de arcilla mediante capilaridad transportarán el agua hasta las raíces de la planta. Una buena forma de regarlas es introduciéndolas en un recipiente con agua, sin que esta sobrepase la parte superior de la maceta, entre 8 y 10 minutos, dejando que la maceta escurra bien posteriormente. Si hemos utilizado el método de las bolitas de arcilla expandida, dejaremos que el agua que escurre se quede en el recipiente con la arcilla expandida, cuidando en todo caso que el nivel del agua no supere la altura de las bolitas. En todo caso hemos de tener en cuenta que las orquídeas que no poseen pseudos bulbos, Phalaenopsis, Oncidium, etc, se deshidratan con mayor facilidad.



Orquídeas para regalar.
Siempre aconsejamos que se regalen orquídeas fáciles de mantener, a no ser que el destinatario del regalo sea un experto en orquídeas. Las variedades o subtipos más aconsejables son las Phalaenopsis, los cymbidium, las cambrias o los paphiopedilum.
La Luz.
Como en todas las plantas la luz es un elemento fundamental que interviene en el correcto desarrollo de la planta. Por tanto también lo es en las orquídeas, aunque gran número de ellas sean tropicales no aguantan la exposición directa de los rayos de Sol, por la tanto mucha luz, sin sol directo. Mucha gente se pregunta por qué las orquídeas Phalaenopsis, por ejemplo, suelen venderse con macetas transparentes. La pregunta tiene fácil y lógica repuesta: Estas orquídeas realizan el proceso fotosintético, además de en las hojas, en las raíces, de ahí su color verde y por tanto la necesidad de que a esta ellas también llegue la luz. Las orquídeas vegetan muy bien cerca de ventanas y tragaluces. Si a lo largo del día el Sol entra a través de las mismas es conveniente colocar visillos para que la planta no se queme. Floración escasa o ausencia total de ella, hojas amarillas o de un verde muy oscuro son síntomas mediante los que se puede diagnosticar condiciones inapropiadas de exposición lumínica.
Si es usted un gran aficionado a las orquídeas o decide aventurarse en el apasionante mundo que supone su cultivo, considere, si las condiciones de luz no son óptimas, adquirir lámparas especiales para plantas. Existen diferentes tipos en el mercado.


Temperaturas.
Las orquídeas están distribuidas a lo largo del planeta en climas muy diversos, sin embargo la mayoría de ellas provienen de zonas tropicales. Necesitan temperaturas templadas o cálidas. No soportan heladas ni tampoco temperaturas inferiores a 5 o 6 grados centígrados. Dependiendo de la zona geográfica en la que estemos situados las orquídeas pueden emplazarse en lugares de interior o exterior. En zonas costeras, y siempre que las temperaturas no bajen de 10 ó 11 grados, podrían situarse en exterior, en lugares resguardados del sol. Cono norma general estas son las temperaturas mínimas para orquídeas tropicales como Phalaenopsis, Dendrobium, Oncidium, Cambria, Phapiopedilium, etc, siendo las temperaturas máximas aconsejables de 30 grados centígrados. Muchas orquídeas necesitan oscilaciones de temperatura entre la noche y el día de 10 grados centígrados para poder florecer. Si la planta está situada en interior, abrir una ventana durante la noche puede ser una opción para proporcionar a la orquídea la diferencia de temperatura necesaria para la floración.



Humedad.
En este apartado nos referimos exclusivamente a la humedad ambiental. Y quizás sea este uno de los grandes inconvenientes y uno de los problemas más difíciles de solucionar cuando la planta está situada en el interior de la vivienda. Al ser plantas tropicales, las orquídeas necesitan una humedad relativa por encima del 42%.Para solucionar este aspecto hay diferentes métodos y los grados de efectividad de cada uno de ellos varía en función a su complejidad.Podemos utilizar humidificadores eléctricos. Su coste varía en función del aparato. Los más básicos se pueden encontrar en cualquier establecimiento que venda electrodomésticos e incluso en farmacias.
Los vaporizadores son otra alternativa, los manuales son más pesados y rutinarios a la hora de aplicar; mediante su uso debemos garantizar el grado de humedad básico, para lo cual, manualmente tendremos que estar constantemente aplicándolos; los automáticos ofrecen una autonomía y comodidad óptimas, pero son más costosos y complejos. Si echamos mano a recursos básicos podemos apilar todas las plantas juntas en un solo lugar, de esta forma crearemos un micro clima. La situaremos de forma escalonada para que las situadas en la parte superior absorban la humedad que desprenden las de la parte inferior. Otro método consiste en colocar las anteriormente mencionadas bolas de arcilla expandida para que absorban el agua, y poco a poco lo propalen al ambiente, (nótese en este caso que las raíces no han de estar en contacto permanente con las bolitas de arcilla expandida.) Otra solución de bajo coste sería instalar una fuente de agua en movimiento. Si vivimos cerca del mar los vientos de levante y las condiciones meteorológicas pueden facilitarnos en gran medida el mantenimiento de la humedad necesaria…
Qué tipo de tierra necesita la orquídea.
Las plantas, como seres vivos que son, necesitan alimentarse con unos nutrientes específicos: nitrógeno, fósforo, potasio, vitaminas, aminoácidos, etc. Estos nutrientes se aportan a la plantas utilizando diversos métodos, en el caso específico de las orquídeas los modos de aportación serán: Integrando los nutrientes en el agua; la planta los absorberá vía radicular, o aplicando abonos y complejos compuestos en las hojas, a esto último se le denomina absorción foliar.
Los nutrientes son imprescindibles y necesarios para todas las plantas, hay que desterrar la absurda idea que muchas personas tienen sobre las plantas, y que más o menos viene a suponer que éstas tan sólo necesitan agua para mantenerse. Las épocas y la regularidad con la que hay que aportar los nutrientes, depende del estado fenológico de la planta, por ejemplo, se utilizarán con mayor frecuencia cuando la planta comienza el periodo de floración y recordar que nunca se debe abonar a las plantas cuando el substrato esté muy seco, sean orquídeas o no.
Existen diversos preparados específicos en el mercado para abonar a las orquídeas. Lea las instrucciones del fabricante y siga sus consejos. En las etapas previas a la floración es conveniente aplicar productos específicos para ayudar a la planta a conseguir una floración más abundante. Estos preparados suelen incorporar vitaminas, aminoácidos y se aplican vía foliar. Como norma general para todas las plantas, incluidas las orquídeas, en los periodos de floración se aumenta el aporte de fósforo y potasio.
Transplante.
En el caso de las Vanda aérea, un recipiente en forma de cestita, con las raíces al aire, sin substrato, es lo más adecuado. Para las Vandas es, por tanto, necesario mantener una alto grado de humedad ambiental.
El resto de orquídeas pueden trasplantarse en recipientes opacos.
El tipo de substrato a utilizar dependerá del tipo de orquídea, para las epífitas utilizaremos un substrato ligero y poroso, compuesto por cortezas y otros materiales como musgo o fibra de coco. Este tipo de substrato para epífitas es comercializado por diferentes marcas, por tanto es muy fácil de comprar. La mayoría de las orquídeas que se venden hoy en día son epífitas. Para las orquídeas terrestres, tipo Cymbidium, el substrato puede ser más compacto, pero igualmente ha de drenar el agua con mucha facildad.
En todo caso no se debe utilizar nunca la vegetal que se utilizar para el resto de plantas.



Sobre este aspecto no hay consenso ni unanimidad entre los especialistas. Hay personas que recomiendan cortar la vara floral, una vez se hayan marchitado las flores, por la mitad, y justo por encima de un nudo. Otros afirman que el tallo floral no se debe cortar si no se seca. Lo que está claro es que en todo caso, si la vara se seca, hay que cortarla.


Reproducción de las orquídeas.
Las orquídeas utilizan la vía sexual para reproducirse. En su hábitat natural son polinizadas por diversos insectos que establecen la conexión entre las plantas a través del polen que livan. Reproducir estas condiciones en ambientes artificiales es especialmente complejo. El gran problema es el tamaño de las semillas, son casi microscópicas, disponen de pocos nutrientes para germinar. En plena naturaleza ese problema se ha solucionado mediante la simbiosis entre la semilla y un hongo (Rhizostoma). Ambos, la semilla de la orquídea y el hongo, se favorecen de la asociación. Hoy día hay laboratorios especializados que se encargan de la germinación de las semillas.
Otra forma de reproducción es la asexual. Consiste en el desarrollo de una plantita idéntica a la planta madre en un tallo floral. A esta mini orquídea se la denomina Keiki. En muchas ocasiones esto ocurre de forma espontánea, pero si queremos favorecer la aparición del keiki podemos estimular a la planta cortando parte del tallo floral por encima de un nudo, tras la caída de las flores, y retirando con sumo cuidado la fina piel que envuelve la yema del nudo. De esta forma aportaremos más luz, favoreciendo la aparición del Keiki. La plantita se va desarrollando unida al tallo floral, una vez que sus raíces alcancen los 2 o 3 cms, como mucho cuidado se separa de la planta madre y se trasplanta. Ya tenemos una nueva orquídea. Los dendrobium y los epidendrum son muy proclives, tras la floración, a formar keikis.
Cuándo transplantarlas las orquídeas.
Las orquídeas, por lo general, necesitan pocos trasplantes si a la plantas se les aporta los nutrientes necesarios. Algunos especialistas coinciden que este hecho, incluso, favorece la floración. De todos modos si observa que las raíces de su planta empiezan a salirse de la maceta, por la parte superior o por los orificios de drenaje, es conveniente efectuar el trasplante. Si el substrato ha quedado envejecido y compactado dificultando el drenaje, hágalo también. Cuando alguna enfermedad ataque a la planta y veamos como las raíces se deterioran es oportuno realizar también el trasplante. Es necesario que el nuevo recipiente en el que vayamos a emplazar a la planta sea ligeramente superior al antiguo, y por supuesto, si este último es transparente, el nuevo también lo será. La mejor época para realizar los trasplantes es en el periodo de reposos, justo después de la floración. También al reiniciarse el periodo vegetativo, en primavera, es buen momento para hacerlo.